Hola mi querida almita, me paso por aquí para hablar de un tema que pienso que es para reflexionar:
La lucha entre el bien y el mal y que ocurre en nuestro cuerpo como resultado de esa lucha.
¿Cuántas veces has sido tu mayor saboteador?
¿Cuántas veces has dejado tus proyectos al inicio, o sin terminar?
¿Cuántas veces procrastinas, perdiendo el tiempo todo el día?
¿Cuántas veces has jurado que te alimentaras correctamente, o que dejaras un vicio o adicción que es dañina para ti y eso se queda en la promesa de Año Nuevo?
Cuando observo esto me he preguntado tantas veces: ¿Por qué tengo la sensación de que nos habita un enemigo?
Quiero compartir contigo algo que realicé cuando tenía 19 años y estudiaba medicina. Quiero confesar que es ahora cuando he logrado entender el real significado de eso que hice en aquella época.
Me apunte a un curso para aprender a investigar. Yo soñaba con ser investigadora, pero pensaba que se necesitaban muchas cosas y un gran laboratorio para producir trabajos de investigación. Cuando me reuní con mi profesor de investigación, la conversación que tuve con Él cambio toda mi vida y me lleno de una tremenda esperanza e ilusión.

Él me comentó, que cualquier persona podía investigar, que debía tener ideas que rompieran paradigmas y que luego de elaborar hipótesis, recaudar información y posteriormente sacar conclusiones, para demostrar si esa hipótesis era válida o no.
Me enseñó que un investigador vive todo el día con una libreta y un lápiz, porque las mejores ideas y discernimiento, llegan en los momentos menos oportunos (claro, en esa época no había esta tecnología de la que disponemos hoy).
Pues, me puse manos a la obra y en ese tiempo vivía en una granja y mis padres criaban conejos, así que investigué, “como influye el amor en la crianza de los conejos.”

Usé dos jaulas separadas:
- En la primera jaula no se les daría ningún contacto y solo se les pondría la comida fuera sin contacto humano alguno.
- En la segunda se les hablaría, se les tocaría y se les podría la comida dentro y con mucho contacto humano.
Mi hipótesis era que los que recibían amor iban a ser más grandes, más sanos.
Pero ocurrió algo que no podía entender en esa época y es que los que nunca recibieron amor eran más listos, sabían defenderse y sabían buscar su comida en cualquier lugar, salían a buscarla.
Los que recibieron amor, eran más bonitos, eran muy tímidos y no buscaban su comida, no sabían, es como si su instinto hubiera quedado anulado al crecer siempre recibiendo su alimento.
Y te estarás preguntando: ¿Qué quiero decir con todo esto? ¿Qué tiene que ver es experimento con el bien y el mal?
Pienso que ese mal que llevamos dentro en forma de voz saboteadora es la fuerza necesaria para que nos desarrollemos y saquemos nuestra mejor versión.
Lo que te voy a compartir es mi hipótesis Actual:
El problema es que ignorábamos cual era su importancia y su función.
Ahora conocemos que cada acto de nuestra vida siempre tendrá dos opciones una para crecer y la otra para quedarnos estancados.
Una saca nuestra mejor versión y la otra nos mantiene en el lamento y en la baja frecuencia.
¿Dónde está el truco?
En que la decisión de crecer nos costará más, nos forzará más, será difícil, nos dará miedo, sentiremos resistencia, pero esa es la que al final nos dará el gozo y el placer del crecimiento hacia una versión más avanzada de nosotros mismo.
Hoy con este post solo quiero que te hagas una pregunta:
¿Cuál de las dos voces estoy decidida a escuchar? ¿La del mal o la del bien?
Y ojo sabiendo que la del bien es la que más esfuerzo y dedicación necesitará y la que seguro dará mucho más miedo de tomar, será la más retadora.
Pero recuerda que en mi experimento, esa carencia es la que desarrollara tus verdaderas habilidades para vivir una vida que realmente te llene y te produzca bienestar.

Bueno, mi querida almita, lo voy a dejar por hoy para que reflexiones y puedas tomar el tiempo de escucharte.
Recuerda que te habitan dos voces, una que quiere tu progreso o tu bienestar y otra que quiere tu estancamiento y tu involución, esa es la del mal que paradójicamente puede ser un poco placentera, fácil y se podría decir que se comporta como tu zona de confort, esa en donde vives con el mínimo esfuerzo.
Un abrazo de luz y nos vemos pronto…
Me encantaría que me dieras tu opinión en los comentarios, ¡creemos un dialogo para crecer juntos!
¡Gracias, Gracias, Gracias!
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